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La primera Escuela de Truficultura de España forma ya en Soria a once futuros especialistas en un sector con gran potencial económico y medioambiental

La primera Escuela de Truficultura de España ha iniciado su andadura en Soria, donde actualmente forma a once trabajadores de campo para dar respuesta a la creciente demanda de un sector en plena expansión y con importantes expectativas tanto económicas como ambientales.

El programa, coordinado por Judit Maroto y promovido por la empresa soriana Gesforma, cuenta con el apoyo de la Asociación de Truficultores de Castilla y León, la firma especializada en riego Aiguambient Solucions (Castellón), la biotecnológica ID-Forest (Palencia) y el centro de formación Ensenia. La formación tiene una duración total de 13 meses —del 23 de enero de 2025 al 26 de febrero de 2026—, estructurados en tres meses de preparación, cuatro meses de formación teórica y práctica, y seis meses de contratación en empresas del sector.

Como establece la convocatoria, los participantes son desempleados procedentes de perfiles muy diversos: desde estudiantes del CIFP de Almazán y del Grado de Ingeniería Agraria de la Universidad de Valladolid en Soria, hasta ingenieros forestales y personas de otros ámbitos laborales interesados en la truficultura.

Formación con alta empleabilidad

Tras finalizar la fase formativa, en agosto arrancará la fase de contratación, que se extenderá hasta febrero. «Esta escuela nace de la necesidad de las empresas de Soria y Castilla y León de contar con profesionales de campo con conocimientos tanto teóricos como prácticos en todas las fases del ciclo productivo de la trufa negra», explica Judit Maroto. Al terminar el proceso, los alumnos podrán incorporarse a Gesforma, a empresas asociadas o trabajar por cuenta ajena para otros truficultores, realizando labores como plantación, mantenimiento, podas, instalación de nidos o recolección.

Formación eminentemente práctica

Más de la mitad de las 415 horas lectivas repartidas en nueve módulos están destinadas a prácticas en campo, que se desarrollan principalmente en la finca trufera de 40 hectáreas que Gesforma posee en Layna (Arcos de Jalón). «Nuestro objetivo es formar personal de campo que sea capaz de afrontar y resolver problemas reales en el momento», detalla Maroto. Entre los desafíos habituales que afrontan los alumnos figuran, por ejemplo, incidencias en los sistemas de riego, que requieren desde el desbloqueo de filtros hasta reparaciones de bombas.

En esta misma finca ya se han llevado a cabo las prácticas de adiestramiento canino y de recolección de trufa, con la colaboración de profesionales de primer nivel como Alba Herranz, adiestradora de perros truferos de Teruel, y Luz Cocina Romero, especialista valenciana en micorrización de plantas truferas con proyección internacional. «Queremos que los alumnos aprendan de perfiles de éxito, con amplia experiencia en diferentes fincas y manejos, para que adquieran una visión global del sector», subraya la coordinadora.

El programa cuenta además con la participación directa de los socios impulsores: Ángel Ramos (presidente de la Asociación de Truficultores de Castilla y León), Ignacio Lafuente (director de Gesforma), Guillermo García (Aiguambient), e Iván Franco Manchón (ID-Forest), además del equipo de Ensenia.

Un sector con grandes oportunidades laborales

La provincia de Soria reúne unas condiciones naturales especialmente favorables para el cultivo de la trufa negra, con suelos básicos, texturas idóneas y un clima propicio. Sin embargo, es un cultivo exigente que requiere planta de calidad certificada y un manejo técnico especializado durante todo el año. «Se trata de inversiones elevadas que tardan años en rentabilizarse, por lo que la correcta ejecución de las tareas de mantenimiento es imprescindible», explica Maroto.

A nivel internacional, España se ha consolidado como el primer productor mundial de trufa negra, aunque tradicionalmente ha sido Francia quien más ha sabido valorar y comercializar este preciado hongo. Gesforma, desde su fundación en 2013, ha apostado por este sector, formándose en viveros, plantaciones y ferias especializadas en Francia, Teruel y Castellón.

Una formación subvencionada y pionera en España

Este ambicioso programa de formación es gratuito para los alumnos gracias a la cofinanciación del Fondo Social Europeo+, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la Fundación Biodiversidad y el programa Empleaverde+, que aportan el 60% del coste. El 40% restante lo asumen las entidades impulsoras. Maroto destaca que esta escuela es la primera en España que ofrece una formación gratuita, tan extensa y especializada en trufa negra, «algo nada desdeñable».

Hasta ahora, únicamente existían experiencias formativas más limitadas, como el certificado de profesionalidad de nivel 2 en Producción y Recolección de Setas y Trufas (760 horas) en el CIFP San Blas de Teruel; cursos puntuales impartidos en Castilla y León por entidades como Cesefor o Itagra; o formación privada de elevado coste económico.

El programa incluye también formación en habilidades blandas e igualdad de oportunidades aplicadas a la truficultura, permitiendo a los participantes completar las horas mínimas exigidas. «De momento estamos muy satisfechos; los alumnos muestran mucho interés», afirma la coordinadora.

A la espera de apoyo institucional

Recientemente, la procuradora socialista Judith Villar ha planteado en las Cortes de Castilla y León la posibilidad de que la Junta apoye económicamente este proyecto y valore su acreditación oficial. Además, la organización está buscando vías para facilitar becas de transporte, alojamiento o combustible a los alumnos procedentes de diferentes puntos de la provincia, favoreciendo especialmente la participación de población rural, mujeres y personas en riesgo de exclusión social.

El sector tiene actualmente su foco puesto en Soria, donde la falta de mano de obra cualificada de campo es uno de los principales cuellos de botella. «Es un trabajo itinerante, que obligará a los profesionales a desplazarse por buena parte de la provincia y provincias limítrofes como Burgos, Zaragoza, Guadalajara o Cuenca, donde también existen fincas truferas», concluye Maroto.

*Foto: El Día de Soria. Autor. E.G.M. Título: Aprender labores de campo para fincas truferas.